Natalia Navarro Peris

Estudié el Grado de Psicología en la Universidad de Valencia. Desde que finalicé la carrera, he realizado un total de tres masters. El primero fue el Máster en Psicología y Psicopatología Perinatal e Infantil en la misma universidad. Hice casi todas mis prácticas en hospital, concretamente en la Unidad de Cuidados Intensivos Infantil y Neonatal, adjunta al servicio de pediatría. Decidí, gracias al tipo de pacientes que había estado viendo, comenzar al año siguiente el Máster de Neuropsicología Clínica con tal de comprender cómo funciona nuestro cerebro desde dentro y obtener las respuestas que necesitaba. Por último, realicé el Máster de Psicología General Sanitaria, para poder dedicarme a la terapia clínica infantil y adulta de una forma completa.

En coordinación con el equipo médico especialista (medicina familiar, ginecología, pediatría, neurología y neurocirugía) cuento con experiencia en prematuridad, trastornos del neurodesarrollo, daño cerebral adquirido y trastornos neurocognitivos. He tenido la suerte de poder conocer y participar en el proceso de las intervenciones de neurocirugía con paciente despierto, investigar sobre diversas patologías que afectan a nuestra cognición y funcionalidad, y trabajar a nivel multidisciplinar desde varias clínicas. A la par, he ido desarrollando la práctica de la psicología clínica y la terapia cognitivo-conductual tanto infantil como adulta.

Realizo valoraciones neuropsicológicas e intervenciones personalizadas con tal de aportar bienestar a las personas y sus familias, recuperar funcionalidad y autonomía, y abordar las dificultades existentes (emocionales, conductuales y fisiológicas) de manera efectiva e integral.

Tanto en las consultas como fuera de ellas, procuro aportar y sumar. Soy una mujer cercana y alegre. Profesionalmente innovadora y ordenada. Para mí es prioritario adaptarme a cada uno de mis pacientes, crear un buen ambiente y que la persona esté a gusto. Intento explotar las sesiones, divertirnos mientras impulsamos el potencial existente y velar por el placer de estar bien. Valoro enormemente el esfuerzo que supone y qué menos que ayudar y acompañar en lo que pueda.